Los caracoles son un problema. Se comen las lechugas, se comen los brotes de todo cuanto plantas, se comen las flores... Son una pesadilla, pero también son... COMIDA!!
El mejor remedio al problema de caracoles y babosas no es ningún tipo de veneno, es cogerlos y dárselos de comer a las patas. Obtenemos un doble beneficio. Por un lado protegemos nuestras plantas y por otro aportamos proteínas a la alimentación del gallinero.
Cazarlos es fácil. Son lentos y salen a comer por la noche con puntualidad británica. Aproximadamente media hora después de hacerse de noche, una peregrinación de estos lambones tiene lugar desde los puntos donde se esconden hacia nuestras cosechas. Solo hay que familiarizarse con sus escondites y visitarlos.
Se esconden en lugares tranquilos, oscuros, húmedos y apartados de nuestra mano. Normalmente bajo tejas, baldosas, piedras o similares.
De este tubo salen en procesión cada noche
Pues así de fácil. Enseguida cogeremos 100 o mas caracoles y babosas y veremos como en unos pocos días ya no somos capaces de coger tantos por mucho que nos esforcemos. El cacharro se queda tapado por la noche.
Pues así de fácil. Enseguida cogeremos 100 o mas caracoles y babosas y veremos como en unos pocos días ya no somos capaces de coger tantos por mucho que nos esforcemos. El cacharro se queda tapado por la noche.
Y por la mañana....
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