Lo primero es dejar que alguna remolacha eche la vara de semillas en la temporada anterior. Esa remolacha la dejaremos ahí plantada bastante tiempo, hasta que esté seca y marrón. En ese momento se corta y se guarda toda la rama o bien se sacude un poco para que se le caigan las semillas.
Aunque se vea con dificultad, ahí esta la vara. Después, sobre febrero se echan la semillas en la tierra. Ni semilleros ni nada, en el propio bancal. Yo, creo recordar que las eché un poco mas tarde y por eso que aun las trasplanté esta semana. Se van sacando las mas grandes. Si las dejásemos no tendrían espacio suficiente para desarrollarse (aunque tuve la tentación de dejarlas).
Para finalizar, se plantan donde nos apetezca tenerlas (no vale en la playa). La separación será la suficiente como para que se desarrollen sin estorbarse, es decir, al menos 12cm. En esta ocasión, SrManuel y yo, las pusimos junto con unos pimientos de piquillo esperando que no haya competencia ni problemas entre ambos (lo comprobaremos).
Por último y debido a un gato vecino, muy cariñoso pero que no distingue entre aquí no pises y ahí si, le pusimos un montón de palos clavados con el fin de disuadirle que pase por ahí hasta que las plantas crezcan un poco.
Por último, decir que actuando como un japonés que no dispone de espacio, también le eché semillas de rábanos por el medio... Eso va a ser una locura!!!
Recordemos la otra entrada: Plantando remolachas
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