Operación pexegueiro: trasplantar un frutal (I)

[...]Y al día nosecuantos resucitó y volvió a escribir[...] En esta ocasión, el descanso bloguero se alargó un poco mas de lo planeado.

¿Qué?: trasplantar un pexegueiro (sigo sin saber como se llama esto en castellano).
¿Cuándo?: febrero
¿Dónde?: Galicia costa
¿Por qué?: Para no perderlo en El Expolio
¿Cómo?: ahora lo veremos


Primera parte: PODA. El árbol debe tener unos diez años, así que la cosa se antoja complicada. Lo primero y parte muy importante es darle una buena poda. Incluso sacrificando la producción de este año, que por otro lado, incluso podría ser perjudicial para el árbol. Llegamos a dejarle algunas heridas de 12cm de diámetro, con lo que fue necesario aplicar un mastik protector de las heridas. Los brotes en las ramas secundarias se los dejé casi todos, ya que no se muy bien como brotará este año y si tal, ya le daremos forma otra vez a partir del siguiente.

Segunda: El nuevo emplazamiento está orientado al sur y protegido del viento predomiante del N y NE. El lado negativo es que en ese lugar ya hay otro ejemplar... que cosas, ¿no? Un arbusto que no se como se llama (a ver si me ayudáis a identificarlo) y que cuando está en flor es realmente muy bonito. Da un poco de pena, pero manos a la obra, se corta todo y se van clasificando los residuos: ramas para el triturador, ramas gruesas se guardan y hojas y ramita fina se amontona para ensacar mas tarde.

Tercera: FRAMBUESAS. Así como suena, hay que sacar los frambuesos que hay en la zona del frutal. Intentamos sacarlos en buen estado, con cepellón. La cosa finalizó bastante bien y pese a que este año llevaron una poda inadecuada, parece que brotaran bien en cuanto se vuelvan a plantar. Por ahora se quedan unos días en cajas.

Cuarta: A CAVAR!! Llegamos a una de las partes mas laboriosas, cavar a mano y sacar un buen cepellón. Don Manuel y yo nos pusimos a ello por la tarde y se nos echó na noche encima sin terminar la faena. Como al día siguiente había previsión de lluvia, decidimos continuar trabajando, con luz artificial. Dicho así no queda mal... pero la realidad es que fue un flexo agarrado a una de las ramas del árbol. Vergüenza?. Cuando lo dejamos, estaba ya a punto de soltarse.

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